HOME DE MAGIAS Y REALIDADES

EL GIRO DEL CARTEL DE LA OPEP

01/12/2016 Los grandes productores de crudo deciden sostener el precio del barril cargando con los recortes

La OPEP limita la producción a 32,5 millones de barriles diarios e involucra a Rusia

Carlos Schwartz

Arabia Saudí se vio obligada a pegar un giro significativo en su política petrolera acordando unos límites en la producción que gravitan con fuerza en su propia contribución. Riyad aceptó tras mucha resistencia reducir su nivel actual en 500.000 barriles diarios, Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos contribuyen con un recorte de 300.000 barriles diarios. El límite total de producción acordado en Viena por el grupo de 17 naciones exportadoras tras seis horas de reunión es de 32,5 millones de barriles diarios lo que supone un recorte de 1,2 millones de barriles diarios a los actuales niveles. Es decir que Riyad y sus aliados del Oriente Próximo cargan con el 66% de la reducción propuesta. Otros países productores no miembros del cartel exportador se comprometieron a un recorte de 600.000 barriles diarios a los cuales Rusia va a contribuir con 300.000. Arabia Saudita se reunió en la víspera del cónclave de Viena con representantes de Irán y de Irak y la incertidumbre sobre la reunión afectó al mercado del crudo generando fuertes ventas.

Pero el acuerdo generó de inmediato el apetito del mercado y los contratos levantaron el precio del barril de Brent un 8% hasta los 50,16 dólares por barril en medio de cierta fiebre especulativa que también afectó a las acciones de las petroleras en los mercados de acciones. A la hora de un análisis más fino salta a la vista que Arabia Saudita y sus aliados más próximos de un lado y Rusia del otro son los verdaderos artífices del entusiasmo del mercado. Sin ellos no habría un recorte significativo. Hay una lectura marginal: Riyad tocó fondo en materia de desequilibrios de balanza de pagos y caída de los ingresos fiscales y aceptó un cambio de estrategia.

La anterior estrategia fue una propuesta inflexible de Riyad que se desarrolló con la expectativa de quebrar a los productores con mayores costes, esencialmente el petróleo y gas no convencional de Estados Unidos, para sacarlos del mercado y librarse de su competencia. La maniobra fue un éxito limitado porque la industria petrolera independiente estadounidense sufrió las consecuencias de esa política de producción pero también la han padecido los 17 países miembros de la OPEP y sus socios más débiles están al borde del colapso galopando sobre una crisis fiscal de consideración, tal cual el caso de Venezuela o de Nigeria. De tal suerte que los límites de producción van a beneficiar de forma marginal a los enemigos de la OPEP de un lado y a la gran industria petrolera del otro.

Para las compañías petroleras la decisión del cartel es una bendición muy esperada en tanto la industria ha reducido costes para bajar su punto de equilibrio en la producción lo que hace que un crudo a 50 dólares los coloca en el terreno de los beneficios. La cuestión ahora es la capacidad de la OPEP para gestionar el acuerdo y asegurarse que todos cumplen con el. Los operadores del mercado consideran que el acuerdo ha salvado al precio del crudo de un nuevo y profundo desplome. Pero ahora se preguntan si el cartel será capaz de mantener su palabra. “Habrá que ver como se supervisa el acuerdo y se asegura que los miembros no sobrepasan los límites acordados”, señaló un operador del mercado en Londres a ICNreport.

Los más díscolos, Irán e Irak, aceptaron un límite a su producción a pesar de haber hecho públicas sus reticencias durante meses de conversaciones. Conscientes de que no podían extraer de la situación más de lo que ella realmente puede dar de si decidieron no cargar con la responsabilidad de una crisis irreversible de la OPEP. Teherán aceptó congelar su producción en 3,8 millones de barriles diarios, por debajo de su objetivo declarado de 4 millones. Es decir que de momento renuncia a retornar a los niveles previos a las sanciones internacionales contra el país. Bagdad admitió también un recorte de 210.000 barriles diarios con un límite a su producción de 4,35 millones de barriles diarios.

Mientras tanto, Libia y Nigeria afectados por conflictos armados de diversa envergadura fueron exceptuados de una reducción de la producción. El ministro de Energía de Rusia, Alexander Novak declaró que “Como resultado de nuestras discusiones activas en los últimos meses con naciones clave de la OPEP y otras no miembros del grupo Rusia reducirá su producción de forma escalonada en 300.000 barriles diarios en la primera mitad de 2017”. Novak advirtió que Rusia cumpliría con el acuerdo en la medida que lo hicieran las naciones miembro de la OPEP y los otros productores no integrados en el cartel. Se ignora cual es el compromiso adoptado por otros grandes productores que no forman parte del cartel como Azerbaiyán, Brasil, Kazajistán, México y Omán que son naciones con una producción relevante.

La autoridad de Arabia Saudí logró arrastrar en una estrategia de libertad de producción al resto de los países miembro de la OPEP en el verano de 2014 cuando se inició la caída de los precios del crudo porque ningún intento de limitar la producción puede prosperar sin la colaboración de Riyad que es el mayor exportador del mundo mientras que Rusia es el mayor productor fuera de los Estados Unidos. Sin embargo un límite a la producción no supone el fin de los males para el mercado de crudo porque un verdadero resurgimiento de los precios sólo se puede basar en un incremento significativo de la demanda internacional algo que de momento no se palpa. “Los precios del crudo tendrían verdadera solidez sólo si aumenta la demanda internacional de forma significativa.

Los recortes a la producción van a estabilizar al mercado pero no suponen necesariamente el despegue de los precios. Seguimos con una precariedad de fondo”, señaló una fuente del mercado de ICNreport.